Incluso una pequeña cantidad de alcohol puede afectar tu juicio y tiempo de reacción. Esto hace que conducir un vehículo motorizado después de haber consumido alcohol sea un riesgo potencial para tu vida y la de los pasajeros, otros conductores y peatones.
Para disminuir el riesgo, los gobiernos del mundo han establecido límites legales sobre la cantidad de alcohol que se puede consumir y seguir conduciendo un vehículo (1). Rebasar estos límites puede terminar en multas, pérdida de la licencia para manejar o incluso pasar un tiempo en la cárcel.
Consumir alcohol modifica tu capacidad y tu velocidad de reacción y de toma de decisiones
Debido a que el cuerpo absorbe el alcohol que consumes, una parte llega al cerebro y afecta la forma en que procesa la información y de responder al mundo que lo rodea (2). Mientras más consuma, más alta será la concentración de alcohol en la sangre (o BAC) (3) y más alcohol llegará a tu cerebro. Posteriormente, esto hará más lento tu tiempo de reacción y coordinación, y alterará tu juicio. El BAC se expresa en miligramos de alcohol por litro de sangre, es un indicador confiable para medir el nivel de alteración y se usa con fines legales y de ejecución.
Los países han establecido límites legales de alcoholemia (o BAC) para conducir bajo la influencia del alcohol, pero estos límites varían
Prácticamente todos los países han establecido límites legales sobre la concentración de alcohol en la sangre permitida al conducir (1). Sin embargo, estos límites pueden variar por país. En algunos países no se permite nada de alcohol al conducir, en otros, se permite la BAC de hasta 0.08. También es común que se aplique una política de cero tolerancia para conductores principiantes y aquellos que estén aprendiendo a conducir.
La policía hace cumplir los límites de BAC, ya sea a través de un test del aliento en la carretera o de pruebas de sangre. Si excede el límite, infringe la ley. En algunas jurisdicciones, la gente señalada con un BAC excesivo, es probable que tenga que usar un alcoholímetro antes de conducir, en el que debe soplar en una boquilla antes de arrancar el vehículo y evita que el motor funcione si ha consumido alcohol.
Existe una relación directa entre la cantidad de alcohol que bebe y su BAC (3), sin embargo, la velocidad en que aumenta la BAC dependerá de la persona y, por supuesto, de la cantidad y velocidad con la que haya bebido. La única forma de probar su BAC es a través de una prueba sanguínea o de aliento. Independientemente del límite legal, la opción más segura es no manejar bajo los efectos del alcohol.