Lo que debe saber acerca de beber y conducir

Dru Jaeger es cofundador del Club Soda, el movimiento de “Mindful Drinking” en el que diseña y dirige programas para ayudar a la gente a volverse más segura en su vida personal y social. También es el autor de How to Be A Mindful Drinker.
Por la Dru Jaeger

Basta una pequeña cantidad de alcohol para afectar su juicio y su tiempo de reacción. Esto hace que conducir un vehículo motorizado después de haber bebido pueda suponer un peligro para su vida y la de sus acompañantes, además de la del resto de conductores y peatones.

Para reducir este riesgo, los gobiernos de todo el mundo han impuesto límites legales a la cantidad de alcohol que puede beber antes de conducir un vehículo. El incumplimiento de estos límites puede acarrear multas, la pérdida del permiso de conducir o incluso penas de prisión.

La bebida afecta a lo bien y lo rápido que puede reaccionar y tomar decisiones.

Cuando el organismo absorbe el alcohol que bebe, una parte llegará a su cerebro y afectará a cómo procesa la información y a cómo reacciona ante el mundo que le rodea ⁽²⁾. Cuanto más beba, mayor será su nivel de alcohol en sangre, y más alcohol llegará a su cerebro. Esto, a su vez, ralentiza su tiempo de reacción, de coordinación y merma su juicio. El nivel de alcohol en sangre se expresa en miligramos de alcohol por litro de sangre y es un indicador fiable de lo mermadas que están sus capacidades, además de utilizarse en procedimientos legales y policiales.

Diferentes países han establecido límites al nivel de alcohol en sangre para beber y conducir, pero estos límites varían.

Prácticamente todos los países del mundo han establecido límites legales al nivel máximo de alcohol en sangre permitido cuando se conduce ⁽¹⁾. Sin embargo, estos límites varían. En algunos países, no se permite tener alcohol en la sangre si se conduce; en otros se tolera un nivel de alcohol en sangre de hasta 0,08. A menudo se aplica una política de tolerancia cero en el caso de los conductores noveles y en prácticas.

El cumplimiento de los límites del nivel de alcohol en sangre está a cargo de la policía, ya sea mediante controles de alcoholemia en carretera o mediante análisis de sangre. Si supera el límite estará infringiendo la ley. En algunas jurisdicciones, las personas que han sido sorprendidas repetidamente con un nivel de alcohol en sangre excesivo pueden ser obligadas a utilizar un dispositivo de bloqueo por detección de alcohol antes de conducir, que hace que tengan que soplar por una boquilla para arrancar el vehículo y que impide el funcionamiento del motor si han estado bebiendo.

Hay una relación directa entre la cantidad de alcohol que bebe y su nivel de alcohol en sangre ⁽³⁾, pero la rapidez con la que aumenta su nivel de alcohol en sangre depende de quién sea usted y, por supuesto, de lo mucho y lo rápido que haya estado bebiendo. La única manera fiable de comprobar su nivel de alcohol en sangre es mediante una prueba con un alcoholímetro o un análisis de sangre. Sea cual sea el límite legal, la mejor opción es no conducir después de beber, y no beber si tiene intención de conducir.