Cada vez hay más pruebas científicas de que ciertos comportamientos y contextos aumentan la probabilidad de transmisión e infección del COVID-19. Dado que el virus se transmite principalmente a través de minúsculas gotas en el aire llamadas aerosoles, el uso de mascarillas y la distancia física son de suma importancia para prevenir la propagación y reducir el riesgo de infección (1, 2).
Otras medidas clave son evitar las grandes reuniones y los espacios cerrados. Por ello, los comercios y los lugares de hospitalidad, mientras se encuentran abiertos, han reducido la ocupación y se han esforzado por garantizar una ventilación y un flujo de aire eficientes (3, 4). También se recomienda mantener las reuniones al aire libre (2, 3, 5).
Entonces ¿por qué la pandemia ha suscitado preguntas sobre si el consumo de alcohol influye en la infección y la transmisión del virus, y si afecta a la progresión y la gravedad de la enfermedad”
La forma de comportarte después de haber bebido influye en el riesgo
La relación específica entre el consumo de alcohol y la infección por COVID-19 sigue siendo objeto de estudio. Sin embargo, la ciencia sobre otras enfermedades infecciosas muestra que las personas que beben moderadamente y dentro de las pautas recomendadas no tienen más probabilidades de infectarse que las que no beben en absoluto (6, 7), siempre que tomen otras precauciones necesarias. Actualmente no hay pruebas que sugieran que el consumo de alcohol por sí mismo aumente el riesgo de infección por COVID-19, siempre que las personas cumplan las recomendaciones de seguridad. Cuando las personas beben en exceso y se intoxican, sus inhibiciones pueden disminuir y tener comportamientos de riesgo y ser menos propensos a seguir ciertas recomendaciones, como puede ser cubrirse la cara o cumplir con los requisitos de distanciamiento social (8, 9).
La cantidad de consumo de alcohol puede afectar a la salud y a la capacidad de combatir infecciones
Para la mayoría de las personas, el consumo moderado de alcohol es compatible con un estilo de vida equilibrado (10). Las investigaciones científicas han demostrado que el consumo moderado de alcohol no es probable que afecte a la respuesta inmunitaria o a la capacidad de combatir enfermedades (6, 11).
Sin embargo, las personas que beben en exceso, especialmente durante periodos prolongados, pueden tener un sistema inmunitario más débil (13-15) que las que no beben en absoluto o lo hacen de forma moderada. Algunos estudios han sugerido que la respuesta inmunitaria puede ser menor incluso inmediatamente después de un episodio de consumo excesivo o de borrachera (16, 17). La experiencia con otras enfermedades infecciosas también sugiere que el consumo excesivo prolongado de alcohol puede interferir con la eficacia del tratamiento (13, 15, 17-19).
Con base en los ensayos clínicos en los que participaron decenas de miles de personas en más de 150 centros de pruebas de todo el mundo, actualmente no hay pruebas de que el consumo moderado de alcohol disminuya la eficacia de la vacuna COVID-19. Si tienes preguntas específicas sobre tu consumo de alcohol y cómo afecta al riesgo de infección por COVID-19 o a la eficacia de la vacuna, lo recomendable es que busque asesoria de un profesional de la salud para que le ayude a tomar decisiones informadas.
Beber en exceso puede perjudicarte de varias maneras, especialmente durante la pandemia
El consumo excesivo de alcohol suele ser perjudicial para la salud física y mental, y sus efectos pueden agravarse en épocas de estrés con el aislamiento y la inseguridad que sufren muchas personas.
No es aconsejable ni eficaz beber alcohol para aliviar el estrés. Beber demasiado puede hacer que se sienta deprimido y ansioso y esto puede afectar tu relación con las personas que te rodean.
Beber en exceso puede aumentar el riesgo de desarrollar un trastorno por consumo de alcohol (TCA) (19) y puede alterar el ciclo del sueño (20, 21). El sueño es esencial para nuestra salud y bienestar general. Una buena noche de sueño puede ayudar a mejorar el estado de ánimo y también es clave para una buena salud física.
Beber en exceso también puede debilitar su sistema inmunitario. Si decide beber, asegúrese de respetar los niveles recomendados según las guías oficiales.
El consumo de alcohol no te protege contra las infecciones
Beber alcohol no previene ni reduce el riesgo de infección por COVID-19 (22). Mientras que el alcohol puro desinfecta las superficies y se utiliza en los desinfectantes de manos para ayudar a prevenir el contagio; la cerveza, el vino y los destilados contienen cantidades mucho menores de alcohol y su consumo no ofrece ninguna protección contra la infección. El consumo de alcohol puro o de productos de limpieza y desinfectantes de manos puede ser tóxico y causarle enfermedades o incluso la muerte (23).
Si decides beber, mantener los límites recomendados es tan importante durante la pandemia como en cualquier otro momento.
Mantener la ingesta dentro de las pautas recomendadas es importante para evitar beber demasiado y perjudicar la salud (19). Siempre es importante controlar la cantidad que se bebe durante una ocasión, un día o una semana.
Si le preocupa su forma de beber o la de otra persona, puede ser el momento de buscar ayuda. Existen herramientas que le ayudarán a comprender su nivel de riesgo.
Beber en exceso puede debilitar su sistema inmunológico. Si decide consumir alcohol, asegúrese de respetar los niveles recomendados en los lineamientos oficiales.
Si tiene preguntas específicas sobre su consumo de alcohol y cómo afecta a su riesgo de infección por COVID-19 o a la eficacia de una vacuna, es recomendable que busque el consejo de un profesional de la salud para que pueda ayudarle a tomar decisiones informadas.