Cuando las personas beben demasiado, las consecuencias a corto plazo no son agradables
Emborracharse afecta a su tiempo de reacción y su capacidad de juicio, lo que puede acabar provocando que usted u otra persona se lesionen (1, 2). Una cantidad excesiva de alcohol también puede hacer que sienta náuseas en el momento o tenga resaca al día siguiente. Y si su consumo ha sido extremo, podría incluso acabar en el hospital debido a una intoxicación por alcohol (3). La mejor manera de evitar estas consecuencias de la bebida es asegurarse de no exceder los niveles recogidos en las recomendaciones de consumo oficiales y no beber nada en absoluto si conduce o toma parte en cualquier comportamiento que implique un riesgo potencial.
Beber puede ser perjudicial para la salud y tiene diferentes efectos en varios órganos.
a. Impacto negativo de un consumo excesivo para la saludMuchos estudios han demostrado que las personas que beben mucho de manera regular tienen probabilidades de desarrollar diversas enfermedades con el paso del tiempo, como una enfermedad hepática (4, 5), tensión arterial alta (6, 7), una enfermedad cardíaca (8) o algunos tipos de cáncer (9-11). Los estudios también han descubierto una relación entre un consumo de alcohol de ligero a moderado y el riesgo de padecer cáncer de mama en las mujeres (11-13).
El impacto que puede tener el consumo de alcohol sobre su salud implica otros factores, además de cuánto bebe, como su historial familiar, su genética y su estilo de vida. Sin embargo, no cabe duda de que beber en exceso tendrá un impacto negativo sobre su salud, independientemente de estos factores. Y también puede afectar a su salud mental y emocional, no solo a su bienestar físico. Si tiene alguna pregunta acerca de cómo puede estar afectando su consumo a su salud, lo mejor es consultar a un profesional de la salud para recibir orientación.
b. Impacto de la bebida en los órganos
El alcohol que bebe afecta a sus órganos, pero su efecto será mayor en unos que en otros (2). También depende de cuánto esté bebiendo, de su salud y de lo eficiente que sea su cuerpo procesando el alcohol.
El cerebro es el principal objetivo del alcohol que bebe (14). La comunicación, tanto dentro del cerebro como entre el cerebro y el resto del cuerpo, se verá afectada por el consumo de alcohol. Beber demasiado puede ralentizar su tiempo de reacción, afectar a su coordinación y atenuar sus sentidos, lo que aumenta la probabilidad de sufrir accidentes. El alcohol también ralentiza su sistema nervioso y su capacidad para procesar la información y reaccionar, por lo que le será más difícil pensar con claridad. También puede afectar su capacidad de juicio, poniéndole a usted y a los que le rodean en situaciones peligrosas.
La cantidad de alcohol que beba afectará a su hígado, especialmente si bebe en exceso (15, 16). Es responsable de descomponer el alcohol que bebe y de procesar las sustancias tóxicas que se producen. Como solo puede procesar aproximadamente una bebida por hora, beber más de esta cantidad no solo significa que va a pasar más alcohol a su sangre y lo va a embriagar, sino también que estas sustancias tóxicas se van a ir acumulando en su hígado. Al final, todas estas toxinas se van a ir descomponiendo con el tiempo y van a ser eliminadas de su cuerpo a través de la orina. Pero, mientras tanto, pueden causar daños graves a su hígado (5, 15, 16 30). Las personas que han bebido mucho durante mucho tiempo pueden desarrollar una enfermedad llamada cirrosis hepática.
Beber con moderación puede reducir el riesgo de sufrir una enfermedad cardíaca o un accidente cerebrovascular en algunas personas (17). Pero, para otros, beber con moderación puede conllevar riesgos. En el caso de las mujeres, aumenta el riesgo de desarrollar cáncer de mama (12) y puede dañar al feto en las embarazadas (18). Beber con moderación es perjudicial para los jóvenes que aún no han cumplido la edad legal para beber (19, 20). Si bebe mucho o lleva a cabo episodios de consumo excesivo, puede estar poniendo en riesgo la salud de su corazón y aumentando sus probabilidades de sufrir una enfermedad cardiovascular. Sin embargo, independientemente de quién sea, beber mucho es un riesgo para cualquier persona.
Lo mejor es consultar a un profesional de la salud si le preocupa la manera en que su consumo puede afectar a su estado de salud general o el de cualquier órgano de su cuerpo. Juntos podrán determinar su nivel de riesgo y cuál es la mejor forma de proceder. Para ayudar a tomar decisiones con conocimiento, las autoridades sanitarias de muchos países han desarrollado recomendaciones acerca del consumo y su impacto sobre la salud. Siempre es mejor mantener su consumo dentro de estos límites recomendados para minimizar el posible riesgo.